Isabel sufre por su hermano Alfonso y por las ganas de éste de convertirse en lo que nunca fue: un soldado. Sólo el saber que junto a Alfonso se encuentra Gonzalo de Córdoba le da cierta tranquilidad.
Mientras, en la Corte sigue el curso de la vida, a pesar de la guerra. Y Beatriz de Bobadilla es prometida en boda, sin su consentimiento a don Andrés Cabrera, mayordomo de Palacio.
Pronto Isabel sabrá que ella va a correr la misma suerte. Porque Enrique IV, rey poco amigo de las guerras, intenta llegar a un pacto para evitar un mayor derramamiento de sangre.